El  requisito previo a las Nuevas Constelaciones Familiares es aprender a decir 

<<Sí>>

  • A la vida como es,
  • A todo como es,
  • A todos como son.

Y <<Gracias>>

  • A la vida.
  • A todo.
  • A todos. 

La responsabilidad de nuestra vida recae sobre cada uno y es necesario hacerlo desde el Adulto (aquí me refiero al Adulto desde la visión del Análisis Transaccional sobre Los Estados del Yo).

Al estar en ese <<sí, a la vida como es>> como un paso previo, requiere de nuestra intención activa, porque como comprobamos en nuestro día a día, no es una actitud fácil de mantener. Llegan momentos que rechazamos la vida, algún hecho desagradable, un conflicto laboral, o a personas con quien convivimos, personas que no son gratas para nosotros y la única solución para ello es estar en sintonía con la vida, es estar en ese <<sí>>, en el agradecimiento y en la renuncia a la queja.

Es todo un reto estar en ese <<sí>>, la vida nos pondrá a prueba diariamente y casi en todo momento. Lo difícil: estar en el sí cuando la situación no nos gusta, cuando nos es molesta; lo fácil sería estar en el sí en los momentos que controlamos y esto lo podemos extrapolar a las personas (a todos aquellos a los que decimos: no, de una u otra manera). Amar a los que nos caen bien es fácil, lo arduo viene cuando hemos de estar en el sí a los que nos son molestos, los que no nos gustan o que preferíamos no ver. Ahí es cuando también hay que estar en el <<sí>>, sí así como eres.

Son unos requisitos previos a constelar porque de esta forma, estaremos en sintonía con la vida y al hacerlo, vamos a estar abiertos a lo que sucede en una constelación e implicará una repercusión lo que en ella ocurra -en la sesión-, en nuestras vidas, de lo contrario no servirá de nada. Querremos que nos quiten los problemas en los que estamos envueltos y son precisamente éstos los que nos piden un crecimiento, una evolución que solo estando en la aceptación -sí- podremos llevar a cabo.

«Cuando alguien viene hacia mí queriendo que le «cure» como si fuera un relojero a quien le dejan un reloj estropeado, le digo que se ha equivocado de persona«. Bert Hellinger